La mayoría de los investigadores han asumido que la transmisión del folklore, la música y la literatura tradicional sefardí durante el siglo XX fue obra de mujeres pertenecientes a las clases sociales más bajas y menos permeables a la modernización y a la influencia occidental. Sin embargo, este artículo pone de relieve el papel de algunas mujeres de la burguesía sefardí de la época en la preservación de su patrimonio cultural. Se citan dos casos: Fina Haim y Micca Alcalay de Gross, conocidas a través de su correspondencia con Ángel Pulido a principios del siglo XX. Ambas eran mujeres que habían nacido y crecido en el seno de la sociedad tradicional, y que por tanto habían recibido los poemas y canciones populares de boca de sus madres y abuelas. No obstante, tras su acceso a la educación y la modernización de sus costumbres, fueron conscientes del valor del patrimonio tradicional sefardí y contribuyeron a conservar su memoria.Se analiza la relación de mujeres de la burguesía sefardí occidentalizada de principios del siglo XIX con la cultura tradicional y la literatura popular sefardí, a través de la información contenida en las cartas dirigidas por Fina Haim y Mica Alcalay al senador Ángel Pulido.